Este reflejo permite a los lactantes “protegerse” frente a alimentos sólidos, diferentes a la leche, que aún no están preparados para asimilar, básicamente es una de las maneras más claras de tu bebé para decirte que aún no está listo para iniciar la alimentación complementaria.
El reflejo de extrusión es aquel que, una vez que se le ofrece al bebé algo en la boca, ejerce movimientos regulares con su lengua tratando de empujar hacia afuera lo que se le ha introducido, bien sea un objeto o comida (algo así como intentando sacar algo de su boca ayudado por la lengua).
Este reflejo lo tienen todos los bebés y normalmente desaparece alrededor de los seis meses de edad, siendo totalmente normal y necesario su desaparición para dar paso al inicio de la alimentación complementaria, es decir, que para que un bebé pueda iniciar su alimentación distinta a la leche materna o fórmula infantil, debe cumplir con este requisito.
Es importante que conozcas de qué se trata este reflejo, porque muchas mamás suelen decir al iniciar la alimentación complementaria esta famosa frase ‘Creo que no le gusta la comida, porque me lo empuja con su lengua y lo bota’, cuando realmente lo que está pasando es que el reflejo de extrusión no lo ha perdido, sigue activo, pudiendo resultar que ese bebé aún no esté preparado neurológicamente para recibir alimentos distintos a la leche materna y /o fórmula infantil.
Es de suma importancia conocer y saber este reflejo que, como hechos dicho, que no desaparece hasta los cinco o seis meses de edad del bebé, sobre todo en aquellos niños que se les ha indicado iniciar alimentación a los cuatro meses de edad, ya que en primer lugar su organismo no está preparado a nivel intestinal, ni renal ni neurológico; y, peor aún, se está intentado sustituir las tomas de leche, que es lo único que necesita para esta edad y hasta los seis meses de manera exclusiva.
Fuente: Guia infantil